Vertiente femenina:
Encontraremos a la mujer desde dos
perspectivas, una en el plano de la juventud y como seres potencialmente
deseables: a una Cenicienta, prototipo de virtudes femeninas con siluetas esbeltas y en el lado opuesto estarán
sus hermanastras Anastasia y Drizella, que reflejan todo lo que una doncella
debe ocultar si desea encontrar un marido, por este motivo se acicalan e
incluso llegan a esconder sus desmesurados pies, símbolo de poca feminidad
cuando esperan ser elegidas futuras princesas.
Este aspecto lo podemos ver desarrollado
en el apartado “Lo que los niños aprenden de Disney”
del libro “El ratoncito feroz: Disney
o el fin de la inocencia” de Henry A. Giroux.
Los personajes femeninos se encuentran
en el hogar,
en el ámbito privado: unas, como Cenicienta, realizan las tareas domésticas y
otras como sus hermanastras y madrastra, las reciben; pero ninguna de ellas, a
pesar de la precaria situación económica en la que se encuentran se permite
incorporarse al terreno laboral. Por tanto, todas son víctimas y se nos
presentan como seres excluidos de la esfera económica. En todo caso, la única
salvación que se les presenta es la de “atrapar” a un hombre de buena posición
que les dé el lugar de “mantenidas” al que se supone que han de aspirar.
La imagen de Cenicienta, harapienta y
descuidada es un signo de identidad en su entorno más próximo y, cuando
luce vestidos lujosos, ni sus hermanas son capaces de llegar a conocerla; es de
destacar la importancia que el aspecto externo tiene entre las mujeres que
incluso llegan a metamorfosearse, apareciendo con una imagen totalmente
renovada. No hay que olvidar que por aquella época en la que se creó La
Cenicienta (1950), las jóvenes debían vestirse y maquillarse con colores que
entonasen con su piel y ojos; es más debían permanecer acicaladas durante todo
el día.
Vertiente masculina:
En la vertiente masculina sobresale el
hombre apuesto que es el príncipe, quien a pesar de sus escasas apariciones
representa el papel más importante de la historia, pues en torno a él y al fin
de su soltería va desarrollarse toda la trama.
Unos papeles secundarios, aunque no por
ello con menos valor en la historia, son El Gran Duque y el cartero real, los
cuales son nombrados por sus profesiones, denominación que nunca vamos a
encontrar en el caso de las mujeres.
Los personajes masculinos tienen
asignadas unas funciones de una gran relevancia social y aparecerán en la
esfera pública adoptando decisiones que repercutirán en las vidas y el
posterior desenlace del resto de personajes (por supuesto, las mujeres); así,
decidirán con quién han de casarse, cuándo, podrán elegir…
Los estereotipos sexuados que se
representan en los personajes del cuento, se ven reflejados también en los
animalitos: las hembras ataviadas con delantal reflejo de las mujeres y los
machos realizando labores de mayor envergadura; incluso cuando Cenicienta se
dirige a ellos, lo hace en masculino genérico, aunque esto formaba parte del
lenguaje habitual de la época.
holiwiii folowersss
ResponderEliminarque tal estaiis
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ResponderEliminarchikis bbsitaaas
ResponderEliminaros quieroooo
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