Cenicienta: es hermosa, rubia y con grandes
ojos azules. De figura delgada y de estatura media. Es humilde y sencilla, aunque ésta es ingenua, trabajadora y educada. Es soñadora y espera que algún día sus sueños se realicen. Es esclava de sus hermanastras y de su madrastra. Esta joven es huérfana de padre y
madre.
El Rey: está desesperado
en buscarle una mujer a su hijo, el príncipe. Físicamente bajo y corpulento. Éste es gruñón, autoritario e impaciente,
es el que convoca el baile. Sueña con tener nietos, puesto
que ya es mayor. Siempre
va acompañado del Gran Duque, aunque la mayoría de las veces se esté peleando con él.
Anastasia y Drizella (hermanastras): hermanastras crueles y malvadas
con Cenicienta. Anastasia es pelirroja y
Drizella es morena. Estas son holgazanas, caprichosas y egoístas.
Son las
hijas que
se pueden
permitir
todo tipo
de lujos.
Mimadas, consentidas
y materialistas. Físicamente
feas, a diferencia
de Cenicienta. De roncas voces y viriles maneras.
Lady Tremaine (madrastra): es más cruel que sus hijas. Maltrata
a Cenicienta y la tiene sin consideración. Alta y delgada presenta una cara estirada, con pelo grisáceo y canoso. Tiene cara de bruja, de malvada. Su carácter es frío y
cruel.
Es una señora de clase alta, arrogante, déspota y
derrochadora.
Príncipe: apenas sabemos de su personalidad. Es alto, moreno y guapo. Se enamora de Cenicienta
desde el momento en que la ve.
Ratones y pajarillos: ponen el
punto cómico en la
historia. Se visten como las personas. Son muchos, pero destacan dos, Gus y Jaq.
Los
animales son los que ayudan a Cenicienta a construir
el traje para el baile.
Lucifer: el gato con nombre de diablo, es igual de perverso que sus amas. Le hace jugarretas a Cenicienta
y siempre va detrás de los ratones.
Este es un paralelismo: la relación del gato con los ratones es similar a la de sus amas con Cenicienta. El gato no habla, a diferencia
de los ratones.
Bruno: es el perro perezoso.
El gran enemigo de Lucifer. Es clave en la escena final, para que Cenicienta pueda salir de la buhardilla.
Caballo: sólo es relevante
cuando el hada lo convierte en cochero.
Estos animales,
cuatro ratones, el caballo y el perro, son convertidos en cuatro caballos,
un cochero y un lacayo respectivamente por el hada madrina.
Hada madrina: de aspecto
maternal ayuda a Cenicienta
a ir al baile. Esta es
bondadosa, simpática y despistada, regordeta y de carácter dulce. Ella es la que convierte los animales en caballos y sirvientes
y la calabaza
en carroza.
Aparece con
capa y capucha
azul. Confecciona
a
Cenicienta con
su canción «Bibbidi-Bobbidi-Boo» un impresionante vestido.
Padre: personaje que únicamente se menciona al
principio,
y que lo vemos en una escena. Físicamente
es moreno, alto y con bigote. De él se dice que se casó con Lady Tremaine
para que Cenicienta tuviese una madre, pues la biológica había muerto.
Gran
Duque y Mensajero del rey: ambos parecen salidos de una ópera vienesa.
El Gran Duque es alto, delgado, moreno y con bigote, a servicio del rey por tal de
conseguir un título nobiliario. Es el que recoge el zapatito de Cenicienta en la escalinata y el que, más tarde se encargará
de probar a todas las doncellas el mismo
zapatito.
El mensajero
tiene
aspecto regordete, bajito y de pelo canoso. Éste aparece dando el comunicado del baile a Cenicienta
y al final, junto con el Gran Duque, llevando el zapatito
en el cojín. Tropieza al hacerle
Lady Tremaine la zancadilla
y se le cae el zapatito
al suelo.
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