Al comenzar la película, una voz
femenina nos introduce en la historia con las siguientes frases:
“Erase una vez un pequeño reino… rico en
romances…vivía un caballero viudo con su hijita Cenicienta, el hombre era un
padre cariñoso que daba a su hija creía
que ella necesitaba los cuidados de una madre, por tanto volvió a casarse…”
Como
la mayoría de los personajes femeninos de Disney, Cenicienta va a carecer de
progenitores que la protejan: de entrada se nos anuncia que no tiene madre y
antes de llegar al minuto 3:00 del film, nuestra princesa queda huérfana de
padre también y, bajo los cuidados de “una madrastra” que su padre se encargó
de buscar antes de morir, puesto que este caballero viudo es definido como una
persona incapaz de atender las necesidades de su hija, por lo que tendrá que
“buscarse una mujer”, quien, como todas las mujeres, se le presuponen estas
cualidades genéticas.
"No me entra en la cabeza, tiene que haber alguna que sea una buena madre...digo...esposa" comenta el rey. Las jóvenes aparecen en un escaparate y son expuestas como objetos para ser elegidas como meras hembras reproductoras. Al príncipe se le busca una mujer que continúe con la estirpe y aún sin conocer su nombre, es capaz de buscarla teniendo solo el dato de su número de pie.
"No me entra en la cabeza, tiene que haber alguna que sea una buena madre...digo...esposa" comenta el rey. Las jóvenes aparecen en un escaparate y son expuestas como objetos para ser elegidas como meras hembras reproductoras. Al príncipe se le busca una mujer que continúe con la estirpe y aún sin conocer su nombre, es capaz de buscarla teniendo solo el dato de su número de pie.
“…verás
que un día tu vida cambia de color…”, “… por mucho que ahora sufre el alma, si
no pierdes la calma, podrás encontrar el amor…”
Cenicienta no hace nada por cambiar la
evolución de su vida, espera pasivamente que todo suceda, incluso cuando acaba
el encantamiento, ella pide perdón a los animales por haber perdido la noción
del tiempo y comenta: “…Uhm! pero fue algo magnífico, era tan guapo… estoy
segura de que el príncipe podría ser más… más…” Sus esperanzas están puestas en ese hombre que
acaba de conocer.
“…y por orden del Rey, hoy han de acudir a
palacio las doncellas casaderas…”
Tanto las hermanastras como Cenicienta,
muestran su necesidad de acudir para ser elegida por el príncipe; es más, en
ningún momento del relato Cenicienta ha expresado sus opiniones, pero es el
deseo de “atrapar” a un hombre lo que le hace manifestarlo públicamente y
plantea esta rivalidad ante sus hermanastras. La idea de ser elegida como futura princesa, se plantea como un premio, donde el trofeo a conseguir es “un hombre”.
“De una dulzura y bondad sin par; lo había heredado de su madre
que era la mejor persona del mundo”, “es igual a su madre, la persona más buena
del mundo”; “aguantaba todo con paciencia, y no se atrevía a quejarse ante
su padre”.
Todo esto hace que
Cenicienta sea una joven obediente y paciente frente al maltrato de sus
hermanastras y su madrastra.
"la canción del trabajo" cantada por los ratones de la película de Cenicienta, “día
y noche Cenicienta, barre esto, haz la cama… la tienen de criada… termina
mareada”;
se puede escuchar todas
las labores que la niña tenía que realizar todos los días (propias del ama de
casa), y al final se escucha a dos ratones discutiendo sobre a quién le
corresponde la costura, y una ratona contesta "eso es cosa de mujeres".
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